El fin de semana pasado celebré un curso de iniciación a la fotografía digital en el hotel Barceló Torre Arias de Madrid. Por muchos cursos que dé cada curso es distinto, porque las personas que asisten son distintas y eso hace que cada uno sea diferente. El punto común entre todos los cursos es el buen ambiente y las ganas de aprender. También suele ser un punto común en todos los cursos la variedad de intereses fotográficos. Cada uno viene al curso con la intención de hacer fotos en distintos ámbitos, pero todos con la expectativa de aprender a manejar la cámara y salir del modo automático. Todo esto no hace más que enriquecer. Durante el curso se repasan los conceptos básicos más importantes e imprescindibles para entender cómo funciona una cámara y cómo utilizarla. También durante el domingo se repasan los conceptos de composición que pueden ayudarnos a mejorar nuestros encuadres.
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Dada la subjetividad que entraña la composición explico estos conceptos con la máxima apertura mental posible, tratando de potenciar la creatividad de los alumnos. Es curiosísimo ver cómo en un grupo de personas, ante la misma foto, se puede leer o interpretar de distintas formas dependiendo de quien mira. Este fin de semana no ha sido una excepción y cada uno aportó su opinión en todo momento, siempre con buen ánimo y con la intención de pasar un buen rato. Desde aquí agradezco a todos los alumnos su asistencia y que hayáis permitido que el curso haya sido divertido y ameno. Ahora que tenéis la cabeza llena de conceptos, espero que los practiquéis y que compartáis los resultados con los demás ex-alumnos del curso en el grupo de Flickr que he creado para ello. Allí nos leemos.