El fin de semana pasado visité Lucena por primera vez para impartir un curso presencial organizado por el ayuntamiento y la concejalía de juventud. ¿Y qué me encontré allí? Pues mucha gente simpática con ganas de aprender, proyectos en la cabeza y algo que me impactó: la silla más grande del mundo (ríete de la silla gigante de Ginebra).
El curso se celebró en la casa de la juventud, un espacio cedido por el ayuntamiento donde impartí las lecciones teóricas en las que se aprende cómo funciona una cámara y cómo controlar la luz, el enfoque, la profundidad de campo y el color de las fotos. Según iba pasando el sábado la cabeza de los asistentes iba llenándose más y más de números f, tiempos de exposición, pasos de luz, ISO’s y cosas así.
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Entre clase y clase algunos nos fuimos a comer juntos. El sábado un buen potaje y el domingo un plato típico de la zona: salmorejo. Había que coger fuerzas para seguir. El domingo lo dedicamos a la composición y a las prácticas. Al salir a la calle la gente nos miraba raro mientras jugábamos con la profundidad de campo, el movimiento de los objetos y la luz. A la vuelta rematamos el curso viendo cómo usar el ajuste de blancos, cómo interpretar el histograma para resolver problemas de exposición y las diferencias entre el formato RAW y JPG.
Espero que los asistentes lo hayan pasado tan bien como yo y que hayan aprovechado el curso al máximo. Espero verles en el grupo de ex-alumnos en Flickr o en futuros cursos.