Trece personas procedentes de distintos pueblos y provincias, como Jaén, Montilla, Córdoba o Málaga y por supuesto Granada, asistieron este fin de semana al curso que impartí en el hotel Anacapri de Granada. Venían con muchas ganas de aprender fotografía, descubrir qué podía aportarles sus cámaras y de pasárselo bien. Esto último es muy importante, pues es un curso intensivo en el que hay mucha información y el buen ambiente es importantísimo. También es muy importante que todo quede claro, para no confundir unos conceptos con otros. Por eso el curso está estructurado para ir enfrentándose a cada uno de ellos de forma progresiva y con muchas fotos para ilustrar esos conceptos. Los más importantes se refuerzan y se repiten hasta que queden bien claros, no dejando preguntas sin responder.
Resolviendo dudas en mitad de las prácticas. Fotografía de Ramón Reyes.
Me gustó mucho uno de los comentarios que un asistente me hizo al final del curso. «He aprendido no solo a hacer fotos, sino a mirar fotografías. Ahora ya puedo opinar y comentar porque ya sé qué tengo que mirar«. Para mí eso supone una gran satisfacción porque aprendiendo a mirar también aprendemos a componer mejor y por tanto a hacer mejor fotos. Y ese es sin duda el objetivo del curso. El domingo, como viene siendo habitual, salimos un rato a la calle a hacer unos ejercicios y poner en práctica lo aprendido en las clases teóricas. Es en este momento cuando uno se enfrenta a los problemas que puede encontrar, resolvemos dudas y afianzamos conceptos. En este curso me ha gustado mucho que había todo tipo de intereses fotográficos entre los asistentes, desde la fotografía submarina, hasta la fotografía urbana, pasando por los toros y los deportes extremos. Espero que todos los asistentes le hayáis sacado provecho al curso y por supuesto que hayáis estado tan agusto al menos como yo. Nos leemos en el grupo de Flickr.
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