El polarizador es el rey de los filtros, aunque no es el que más suelo utilizar. Es de los pocos filtros que no pueden simularse digitalmente con programas como Photoshop. El polarizador filtra y eliminalos los reflejos en el momento de disparar, aunque no al 100%. Esto hace posible fotografiar algo que está detrás de un cristal (tras una ventana, un escaparate, el cristal de un coche), eliminar los reflejos del agua para ver el fondo o azular el mar, recuperar el color real de superficies brillantes o conseguir un cielo azul espectacular.
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